"Solo en la agonía de despedirnos somos
capaces de comprender la profundidad de nuestro amor"
(George Eliot)
Dream, es el nombre del personaje que protagoniza "El Ocaso de la nada", una historia donde la Agonía nace desde la primera viñeta hasta el final de la obra. El cómic comienza con ese acto, ya muriendo, despidiéndose de este mundo de una manera cobarde e inhumana: Suicidio.
Pero no es un suicidio por pena, o por cobardía de la vida, Dream se prepara para un viaje especial, un trayecto que marca la agonía, el pesar de la muerte de otra persona, ella es Sirena, una chica simple pero de sentimientos duros. Lo que pasa entre ellos lo dejo para el lector que lea dicho cómic. Hablaré del sentimiento que aquí nombro.
No he llegado a sentir la agonía como narro en "El ocaso de la nada". En su momento una persona del mundo en el que vivo me preguntaba si yo me había vuelto drogadicto o si me había pinchado en mi vida..., la verdad, y lo repito porque por lo visto, hay personas que no leen las intros de los cómics que publico o no entienden mis palabras, "Breves Desamores" está basado en cosas de mi privacidad, de otras personas, de casos ajenos, de lo que escucho en bares o cuando paseo de noche entre jóvenes, en las letras de Carlos Ann, en lo que me inspiran las melodías y en la creatividad de uno mismo, no son mis biografías, pero si dejo caer algo de mí.
La agonía en mi persona ha navegado en varias ocasiones por mi cuerpo, no daré detalles del por qué o el cómo, pero lo que se siente cuando entras en ese estado agónico, ese estado en el que uno no puede dirigir sus palabras, cubierto del mar de lágrimas, ahogado, llamar a gritos mudos a tu madre, la cual, no está cerca de tí porque tú mismo te has ido de su lado, agónico, donde absenta y otros amigos nocturnos, te ayudan a terminar con dicha agonía.
No aconsejo pasearse por ese mundillo, el mundillo de la oscuridad, el de beber para olvidar, el de desaparecer u ocultar sus emociones en otras cosas, no lo aconsejo. Vivir el día a día con sonrisas y aprovechar el máximo los sentimientos para bien, ya que nunca se sabe cuando una persona deja de existir.
Por aquellos amigos que una vez sonrieron y ya no están, por ellos, este brindis.
No he llegado a sentir la agonía como narro en "El ocaso de la nada". En su momento una persona del mundo en el que vivo me preguntaba si yo me había vuelto drogadicto o si me había pinchado en mi vida..., la verdad, y lo repito porque por lo visto, hay personas que no leen las intros de los cómics que publico o no entienden mis palabras, "Breves Desamores" está basado en cosas de mi privacidad, de otras personas, de casos ajenos, de lo que escucho en bares o cuando paseo de noche entre jóvenes, en las letras de Carlos Ann, en lo que me inspiran las melodías y en la creatividad de uno mismo, no son mis biografías, pero si dejo caer algo de mí.
La agonía en mi persona ha navegado en varias ocasiones por mi cuerpo, no daré detalles del por qué o el cómo, pero lo que se siente cuando entras en ese estado agónico, ese estado en el que uno no puede dirigir sus palabras, cubierto del mar de lágrimas, ahogado, llamar a gritos mudos a tu madre, la cual, no está cerca de tí porque tú mismo te has ido de su lado, agónico, donde absenta y otros amigos nocturnos, te ayudan a terminar con dicha agonía.
No aconsejo pasearse por ese mundillo, el mundillo de la oscuridad, el de beber para olvidar, el de desaparecer u ocultar sus emociones en otras cosas, no lo aconsejo. Vivir el día a día con sonrisas y aprovechar el máximo los sentimientos para bien, ya que nunca se sabe cuando una persona deja de existir.
Por aquellos amigos que una vez sonrieron y ya no están, por ellos, este brindis.
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